La Serra Calderona es un Parque Natural que se encuentra a unos kilómetros de Valencia, lo que hace considerarla el pulmón verde de la ciudad.
Se trata de una extensión de más de 55.000 hectáreas y se sitúa entre la provincia de Castellón y Valencia, abarcando 11 municipios: Gilet, Estivella, Torres-Torres, Gátova, Algimia de Alfara, Náquera, Albalat dels Tarongers, Serra, Sagunt, Olocau y Segorbe. Poblaciones que tienen el privilegio de situarse en un contexto inigualable.
Como todo parque natural goza de una flora y fauna propia donde destacan las explanadas de pino carrasco y el romero, ya lo dice el refrán “qui va al camp t no cull romero, no te amore verdadero” (quien va al campo y no coge romero, no tiene amor verdadero) así que ya sabes que tienes que hacer la proxima vez que pasees por el camp! En cuanto a la fauna, son muchas y diversas las especies que podemos ver por la sierra, entre ellas: el águila culebrera y perdicera, el búho real, el mochuelo, el halcón peregrino, el gato montés, el tejón o la perdiz, la liebre y el jabalí.
La mejor forma de disfrutar de la diversidad que ofrece la Serra Calderona es a través de las diversas rutas que atraviesan la montaña.
La más conocida es la ascensión al mirador del Garbí, una vez arriba podremos gozar de una vista envidiable que van desde el Mar Mediterráneo hasta la huerta valenciana; además de celebrarse en este punto el rally anual La pujà al Garbí (subida al Garbí en castellano). Otra ruta el la de Olocau-la Font del Frare, sendero que nos llevará hasta el Castillo del Real donde avistaremos los restos de una fortificación musulmana. Otra opción es hacer la ruta de Portacoeli, de poca distancia y donde podemos encontrar merenderos con “torraores” (barbacoas) para amenizar la jornada con un buen almuerzo.
La joya de la Serra
No podemos pasar por alto la joya que esconde la Serra Calderona entre su vegetación, y ésta es la Cartuja de Portacoeli. Se trata de un monasterio cartujo localizado en la población de Serra donde sus monjes viven una vida de austeridad y clausura. Su construcción data del 1272 y en sus inicios fue una modesta ermita con unas pocas celdas, pasaron los años y fue creciendo hasta ser la cartuja que todos conocemos ahora; se trata de la cartuja más antigua de España.
Aunque su fundador, el Obispo Albalat, fuese de la orden de los dominicos, el monasterio siempre ha estado habitado por la orden cartujana, de ahí su nombre “Cartuja de Portacoeli”.
Entrar en la cartuja, donde solo se puede visitar los exteriores, es retroceder en el tiempo. Si tienes la suerte de cruzarte con un monje cartujo y no te saluda, tranquilo, no es un maleducado solo que guarda el voto de silencio, si en pleno invierno visten sandalias no es por ahorrar sino por su voto de pobreza… y así con todos los principio de vida cartuja y de clausura. Los monjes cartujos rigen su vida a través de cinco votos: el de pobreza, castidad, obediencia, estabilidad en el monasterio y conversión de costumbres. Tener el privilegio de visitar los interiores de la cartuja e incluso “conversar” con algún cartujo supone un contraste en todos los sentidos. El choque de dos estilos de vida: la vorágine social que se ha impuesto con la vida meditativa.
Foto: mupart-uv.es
Un escondite con historia
Y esa historia se remonta a la II República en 1937, cuando Azaña se retiró a La Pobleta, una casa de campo que se encuentra en Serra a unos metros de la Cartuja de Portacoeli. Fue refugio de Azaña http://jaime-desietensiete.blogspot.com.es/2013/03/portaceli-fugaz-refugio-de-manuel-azana.html, no solo de la guerra sino de sus miedos más íntimos, los cuales dejó reflejados en su Cuaderno de la Pobleta. La Pobleta era y es un enclave único e infranqueable.
La Serra Calderona alberga mucho más que flora y fauna ¡que ya es bastante! sino también historia, historia que parece perdida pero que en un trocito de montaña pervive y se mantiene a través de la fe cartujana. Desde SingularStays solo podemos animarte a que conozcas de primera mano este enclave cultural de la terreta valenciana.