Que Valencia goza de una luz inigualable es indiscutible, su clima cálido durante todo el año hace de Valencia una ciudad de calle, de terrazas y parques, con un transitar de gente continuo. Pero no siempre fue así, había una época en que la ciudad tenía un ambiente gris y lúgubre.
El oficio más antiguo del mundo
Siglos atrás (concretamente en el s. IVX), existió en Valencia el mayor burdel de europa, conocido como “La pobla de les fembres pecadrius” se trataba de una zona a las afueras de la muralla, y por lo tanto de la ciudad, que concentraba la prostitución y prácticas pecaminosas de Valencia. Donde se reunieron taberneros y hosteleros, dando así todos los servicios a quien transitaba la zona. Su fama creció y se convirtió en peregrinación obligatoria para los más lujuriosos.
Ejecuciones, horcas, ajusticiamientos…
Muchas de las plazas más emblemáticas de la ciudad que son ahora visita obligatoria si se visita la ciudad, eran antaño zonas de reunión donde se llevaba a cabo las condenas impuestas a los vándalos.
Era el caso de la Plaza de Mercado (actual Mercado Central), donde se situaba la horca y con ella se prevenía a la población de cometer cualquier delito, y si éste se daba, el ahorcamiento era público. Si por el contrario, el ajusticiado pertenecía a la nobleza, se reservaba para ésta la plaza de la Virgen, donde se decapitaba al ajusticiado y por lo tanto y según su estatus, darle una muerte más rápida y menos agónica.
Y así con un numeroso de emplazamientos de la ciudad: el antiguo cauce del río, la plaza de la Almoina o el Jardín Botánico.
De asesinas va la cosa
Pilar Paredes paso a ser conocida como la envenenadora de Valencia. Y los hechos así lo corroboraron. Pilar envenenó hasta la muerte a la dueña de la casa en la que servía, la intención era la de acabar con la dueña y así ocupar ella su sitio. Ser la nueva mujer del viudo y heredar la casa. Pero nada salió bien. Tras la muerte de la ama de la casa, Pilar se vió en la calle, sin trabajo y sin marido. Con el tiempo, volvió a ejercer de doncella y a poner el marcha el plan que con anterioridad había fallado. No llegó a asesinar a sus dos objetivos nuevos: la dueña de la casa y una amiga. Antes de que pudiese matar por envenenamiento a las dos mujeres, fue detenida y condenada, llevándose así el “mérito” de ser la última mujer ejecutada a garrote vil.
Valencia tiene mucha historia, y no toda es bonita de recordar pero si real. Una razón más para conocer nuestra ciudad, ver desde otra perspectiva los emplazamiento más emblemáticos de la ciudad.
Si tenéis pensado pasar unos días por Valencia, os recomendamos que visitéis CaminArt donde organizan visitas culturales por la ciudad, visitando los monumentos, calles, plazas y rincones que esconden una pedazo de historia, cada visita está tematizada y teatralizada. Una forma distinta de recorrer las calles de la ciudad transportándome en el tiempo.
¡Nos vemos la próxima semana!